No todas las redes son iguales

13 Mayo 2019

Piense en una autopista y en sus carriles. Fue construida para transportar un número determinado de vehículos, todos de las mismas características.

Pero ha pasado el tiempo y por esa misma autopista ya no solo transitan los carros originalmente proyectados, sino miles más. Muchos de ellos son nuevos tipos de vehículos de diferentes formas y tamaños, cada uno con requerimientos específicos. A eso se suma que cada mes el número y tipo de vehículos que utilizan la autopista crece de manera exponencial.

Hasta hace poco, para solucionar los atascos generados por el exceso de vehículos (y para hacer posibles las diferentes velocidades a los que andan) sólo había una solución: construir más autopistas, más carriles. Se trata de una solución lenta, compleja y costosa.

Ahora piense que esa autopista de la que estamos hablando es en realidad una WAN (Wide Area Network) y que los vehículos son, en realidad, bits y bytes de información. Bits y bytes derivados de las decenas de aplicaciones, cientos de mensajes y miles de interacciones que usamos, enviamos, recibimos y tenemos a diario con nuestros dispositivos tecnológicos.

De la WAN a la SD-WAN

¿Y si no tuviera que construir más carriles? Imagínese no tener que reemplazar la infraestructura física de la red cada vez que esta parece llenarse (con la demora y el dinero que ello implica) sino poder definir reglas que permitan su optimización para que los datos viajen de manera óptima, cada uno de acuerdo a sus características específicas.

Imagínese poder crear reglas basadas en el tipo de la información, en aplicaciones específicas y reglas de negocio predeterminadas que permitan optimizar su uso de la red y los costos asociados a la misma.
Ese es el concepto detrás de una SD-WAN (Software-Defined Wide Area Network). Una red inteligente en la que la administración se hace basada en protocolos de negocio y por medio de software, sin requerir la instalación de más capacidad instalada.

Una red inteligente que permite conexiones de múltiples tipos con selección dinámica de rutas y empaquetamientos, ultrasegura y que permite disminuir la congestión de la red y la pérdida de paquetes.

Una red inteligente que permite optimizar la transmisión de datos de baja latencia (como llamadas sobre IP -VoIP-, videoconferencia, streaming de audio y video y aplicaciones virtualizadas) y la de paquetes que requieren de un alto ancho de banda, de manera simultánea y segura.

Todo, administrado dinámicamente desde una consola que puede actualizarse cuando el negocio lo requiera.

¿Cuánto tiempo y dinero le puede ahorrar una red así? No sólo en los costos directos del servicio sino en aquellos asociados a la productividad de su negocio.

Ese es el secreto y la razón de ser de las SD-WAN: Son redes inteligentes que han evolucionado para poder soportar la masificación de los servicios en línea que hemos creado en los últimos años y sobre la cual se construye la nueva economía.

Autor: Samir Estefan